Nairobi, 20 Noviembre 2023 – Alrededor de 90 millones de personas en África Oriental y Central se enfrentan a niveles de hambruna sin precedentes, el Grupo de Trabajo Interinstitucional para África Oriental y Central (IAWG, por sus siglas en inglés) ha pedido hoy a los donantes y gobiernos que aumenten urgentemente la asistencia a las comunidades necesitadas e inviertan en programas de larga duración y soluciones a largo plazo para abordar las causas de la hambruna. El llamamiento se produce en el contexto de la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria que se celebra hoy en Londres y cuyo objetivo es centrar la atención internacional en acabar con el hambre y la malnutrición.
“La Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria del Reino Unido se celebra en un contexto en el que un número creciente de personas en África Oriental y Central se enfrentan a niveles de inseguridad alimentaria que amenazan sus vidas como resultado de una serie de crisis agravadas, incluidas sequías e inundaciones causadas por el cambio climático; así como conflictos y el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos”, afirmó Peter Burgess, Director del IAWG. “Muchas de estas crisis están cada vez más olvidadas y la mayoría de los llamamientos humanitarios en la región siguen sin recibir financiación suficiente, lo que deja a millones de personas en la miseria o mucho peor”.
Años de precipitaciones inferiores a la media, seguidos de lluvias intensas y erráticas e inundaciones, han afectado gravemente a comunidades que ya se enfrentan a los impactos del conflicto y al aumento vertiginoso de los precios mundiales de los alimentos. Muchas comunidades se tambalean de una crisis a otra, sin apenas respiro. Por ejemplo, después de sufrir seis lluvias consecutivas, las comunidades de Etiopía, Kenia y Somalia se enfrentan ahora a inundaciones devastadoras. Al mismo tiempo, los combates que estallaron en Sudán el 15 de abril han empeorado una situación ya de por sí precaria: 20,3 millones de personas se enfrentan ahora a la inseguridad alimentaria aguda, 6,3 millones de las cuales se encuentran en condiciones de extrema emergencia.
De los 18 focos críticos de hambre identificados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), seis (la República Democrática del Congo, Djibouti, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur y Sudán) son países donde los miembros del GTI proporcionan asistencia. Dos de ellos son puntos críticos de gran preocupación y tres son de gran preocupación.
Los niños menores de cinco años se han visto particularmente afectados por la actual crisis del hambre, y la región enfrenta tasas de desnutrición aguda sin precedentes. En Yibuti, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda, Etiopía y Sudán, más de 11,5 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda en 2023, de los cuales 2,9 millones necesitarán tratamiento para la desnutrición aguda grave (SAM); enfermedad que pone en peligro su vida.
A pesar de la magnitud de las necesidades, la financiación para abordar la creciente crisis del hambre y la desnutrición ha sido insuficiente en 2023 y, lo que es aún más preocupante, se espera que disminuya aún más, con caídas previstas en los presupuestos de asistencia humanitaria de hasta un 50% para 2024.
Esta crisis exige una acción internacional inmediata y una respuesta coordinada para mitigar el impacto del hambre en millones de personas vulnerables y poner en marcha intervenciones que aborden las causas profundas del problema. Estas acciones incluyen:
El Grupo de Trabajo Interinstitucional es una plataforma regional de coordinación y promoción de ONGs que trabajan en África Oriental y Central.
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