Los refugiados rohingya sufren por los recortes en la ayuda internacional que reducen drásticamente los servicios esenciales
Los recortes en la ayuda internacional y la llegada de nuevos refugiados han provocado que la malnutrición infantil supere los umbrales de emergencia en el mayor asentamiento de refugiados del mundo, ubicado en Cox’s Bazaar, Bangladesh
Los trabajadores humanitarios de Islamic Relief señalan que muchas familias ahora se saltan comidas o las comparten, los niños abandonan la escuela y se incrementan los matrimonios precoces, mientras las familias luchan por sobrevivir.
Se ha registrado un aumento de al menos un 27% en los casos de malnutrición aguda grave en los campamentos de Cox’s Bazaar, que albergan a más de 1,1 millones de refugiados rohingya, en comparación con el año pasado. Las condiciones han empeorado en los últimos meses debido a los recortes de financiación, que han reducido el acceso a alimentos y atención sanitaria, mientras siguen llegando más refugiados: 160.000 personas huyeron de la escalada de violencia en Myanmar desde finales de 2024. La mayoría de los recién llegados carecen de refugio propio y comparten instalaciones superpobladas con familiares u otras familias. La mayoría no cuenta con ingresos y muchas personas consumen menos de 1000 calorías al día.
Han pasado casi ocho años desde que la primera oleada de rohingya huyó de los violentos ataques en Myanmar y buscó refugio en Bangladesh en agosto de 2017. La financiación internacional para la crisis lleva años disminuyendo, y este año ha sufrido los recortes más severos hasta la fecha, a pesar del aumento en el número de refugiados. A principios de 2025, el Gobierno de Estados Unidos, que antes financiaba alrededor del 55% de la respuesta humanitaria en Cox’s Bazaar, recortó su aporte en unos 200 millones de dólares. Islamic Relief hace un llamado a otros gobiernos para que cubran este déficit.
Con casi dos tercios del año transcurridos, el Plan de Respuesta Conjunta (JRP) para la crisis rohingya solo ha alcanzado el 36% de su objetivo de 934 millones de dólares, dejando un déficit considerable en la ayuda humanitaria.
Hossein Shahid, director del programa de Islamic Relief para Cox’s Bazaar, afirma:
“Las comunidades rohingya son increíblemente resilientes y han sufrido enormemente, pero la frustración está aumentando. Cada vez llegan más personas a los campamentos, pero los servicios esenciales se están reduciendo por la falta de fondos. La atención sanitaria disminuye, con centros cerrando o agotando medicamentos básicos. Las infraestructuras de saneamiento y agua están deterioradas, y algunas familias se ven obligadas a defecar al aire libre, lo que puede propagar enfermedades rápidamente. En algunos lugares, el agua solo está disponible una hora al día.
«Estamos viendo un aumento de la malnutrición, especialmente entre niños pequeños, bebés y madres primerizas. Muchos padres dan la mayor parte de su comida a sus hijos, y la gente sobrevive con menos de 1000 calorías al día, muy por debajo de los niveles de emergencia”.
Islamic Relief sigue proporcionando ayuda vital a los refugiados rohingya, incluyendo agua, saneamiento, alimentos, refugio y combustible, pero muchas agencias se ven obligadas a recortar servicios por falta de fondos. En los últimos 18 meses, al menos 11 centros de salud han cerrado, dejando a unos 300.000 refugiados sin acceso a atención médica.
Hay escasez de medicamentos esenciales, incluso para enfermedades graves como la hepatitis C, y también han cerrado servicios especializados para personas con discapacidad o problemas de salud mental.
Las raciones de alimentos de la ONU en Cox’s Bazaar, que ya se redujeron de 12 dólares por familia al mes en 2023 a 10 dólares en 2024, enfrentan nuevos recortes a partir de septiembre, a menos que se consiga financiación urgente.
Abdur Rashid, de 43 años, refugiado rohingya en Cox’s Bazaar desde 2019, dijo a Islamic Relief:
“Los servicios han disminuido, pero cada vez llegan más personas. Me cuesta mucho cubrir la educación y necesidades de mis hijos. La asignación de comida para un mes dura solo 15 días. Luego sobrevivimos con lentejas, sal y arroz. El refugio es muy pequeño, así que nos acostamos con hambre y sin espacio suficiente. Esto afecta nuestra salud mental; mi familia se pregunta por qué vinimos y dice que es una maldición. Quiero volver a casa, pero tengo miedo. Recientemente llegaron más familiares huyendo de Myanmar”.
Muchas personas tienen pocas esperanzas en el futuro: atrapadas en campamentos sin trabajo ni servicios, pero sin poder regresar a casa por seguridad. Toda una generación crece en los campamentos, mientras los servicios educativosdisminuyen, con 1200 profesores despedidos recientemente.
La ayuda humanitaria es crucial, pero, en última instancia, las familias rohingya deberían poder regresar a Myanmar de forma voluntaria, segura y digna. Los gobiernos internacionales deben intensificar esfuerzos diplomáticos para proteger a estas comunidades, defender sus derechos y buscar soluciones sostenibles, incluyendo opciones de reasentamiento en otros países para aliviar la presión sobre Bangladesh, que acoge a la mayoría de refugiados rohingya.
Notas
El año pasado, Islamic Relief prestó apoyo a más de un millón de personas en todo Bangladesh, llevando a cabo proyectos para ayudar a las comunidades afectadas por el cambio climático, apoyando medios de vida sostenibles y proporcionando ayuda de emergencia a los refugiados rohingya.
Islamic Relief trabaja en cinco de los 34 campamentos de Cox’s Bazaar y Bhashan Char, proporcionando ayuda que incluye agua, saneamiento, refugio, educación, gas para cocinar, apoyo a los medios de vida y asistencia alimentaria, en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, a 35 000 personas al día.