Yemen se está al borde del colapso: las organizaciones humanitarias piden una acción inmediata durante la 7ª Reunión de los Altos Funcionarios
28 organizaciones no gubernamentales internacionales que operan en Yemen ruegan encarecidamente a la comunidad internacional para que muestren y renueven el compromiso con el pueblo de Yemen
Los desafíos nunca vistos antes amenazan con arrasar con el progreso, empujando a millones de personas vulnerables al borde del límite en todo el país.
En vísperas de la 7ª Reunión de Altos Funcionarios, reflexionamos con una gran preocupación sobre cómo de grave ha sido el deterioro de la situación en Yemen desde la 6ª Reunión. En medio de los continuos recortes de fondos, el país ahora enfrenta un conjunto creciente y cada vez más complejo de desafíos interrelacionados, que se han intensificado aún más desde principios de 2025. Esto obstaculiza gravemente los esfuerzos humanitarios y de desarrollo y hace que sea más difícil que nunca llegar a millones de personas con necesidades urgentes. Como actores de primera línea comprometidos a servir a los necesitados, seguimos listos para brindar asistencia vital, lo que es posible gracias a la generosidad de nuestros donantes. En 2024, nuestros esfuerzos colectivos llegaron a más de ocho millones de personas en todo Yemen.
Desde principios de 2025, muchos proyectos críticos se han terminado, cortando la provisión fundamental de artículos esenciales de socorro, servicios de salud e instalaciones, como hospitales, programas de vacunación y centros particularmente importantes para mujeres y niñas. Como resultado, los apoyos esenciales y los de largo plazo se han vuelto inaccesibles para grandes segmentos de la población necesitada. La falta de alternativas para llenar estos vacíos solo empeorará la grave situación, y con el tiempo la restauración de las intervenciones esenciales se volverá significativamente más compleja y costosa.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe ahora y tome medidas coordinadas para evitar daños irreversibles a millones de personas en todo Yemen. Además, pedimos a los donantes mantener un enfoque imparcial y basado en principios, asegurando que la financiación se asigne únicamente en función de las necesidades más críticas, en cualquier zona del país en la que sea necesaria.
Hoy en día, nos seguimos enfrentando a una gran cantidad de desafíos para llegar a los más necesitados. En los últimos meses, la población de Yemen, ya agobiada por sistemas y servicios gravemente debilitados, ha sido testigo de la destrucción de la infraestructura civil en numerosos lugares, a través de ataques aéreos militares. Debe reconocerse el impacto devastador sobre los civiles, incluidas las víctimas y los fallecidos. Enfocarse en la infraestructura esencial no solo agrava las dificultades económicas y psicológicas, sino que también dificulta la capacidad de los trabajadores humanitarios para llegar con asistencia vital a los más vulnerables.
El personal humanitario, comprometido y dedicado a implementar proyectos financiados por donantes, durante el su trabajo pone en riesgo y amenaza su propia seguridad. A medida que nos acercamos al 6 de junio, durante casi un año, un número significativo de personal de las Naciones Unidas, de ONG internacionales y de Organizaciones de la Sociedad Civil permanecen detenidos, lo que plantea serias y crecientes preocupaciones por su seguridad y bienestar.
Instamos a todas las partes a respetar el derecho internacional humanitario, proteger a los civiles y abstenerse de atacar la infraestructura civil. Además, pedimos a los Estados Miembros que presten atención urgente a las consecuencias humanitarias actuales y previstas de la escalada del conflicto, y que refuercen sus llamamientos para la protección de la infraestructura civil.
Hacemos un llamamiento a las autoridades pertinentes para que salvaguarden la capacidad de trabajo de los trabajadores humanitarios con la que están comprometidos y para garantizar la liberación inmediata e incondicional de las personas detenidas, permitiéndoles un regreso seguro a sus familias y a la vida cotidiana.
Además, hacemos un llamamiento a los principales Estados y socios regionales e internacionales con influencia para que apoyen todos los esfuerzos destinados a garantizar la liberación de los trabajadores humanitarios detenidos y garantizar así la protección del espacio humanitario.
En el norte de Yemen permanecen impuestos extensos regímenes de sanciones y una compleja red de medidas restrictivas que impiden nuestra capacidad de prestar servicios esenciales a los más vulnerables. Estas barreras incluyen dificultades para transferir fondos, acceso limitado a los canales bancarios, desafíos en la adquisición de bienes y restricciones a las importaciones comerciales. El efecto acumulativo de estas medidas afecta a todo el país y amenaza con interrumpir críticamente el suministro de combustible, medicamentos, equipos de salud, alimentos y otra ayuda humanitaria fundamental, así como la infraestructura y los servicios esenciales.
Hacemos un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que apoye el establecimiento de repartos humanitarios completos, vitales para garantizar que la ayuda llegue a los más necesitados y para salvaguardar los principios básicos de la acción humanitaria y preservar el espacio humanitario.
Las necesidades de protección y el sufrimiento de las personas en Yemen se han profundizado en los últimos meses, mientras que la capacidad de respuesta disminuye. Más de dos millones de personas se ven afectadas, y las mujeres y las niñas se enfrentan a riesgos desproporcionados. Sin apoyo urgente, millones de mujeres y niñas perderán el acceso a servicios esenciales que las protejan de la violencia y ayuden a mitigar los crecientes riesgos de deterioro de la salud mental, como la depresión, las autolesiones y el suicidio. Existe una creciente frecuencia del matrimonio infantil, la trata de personas, la mendicidad y el trabajo infantil. La protección no debe tratarse como una idea de último momento, sino como un elemento esencial de todo esfuerzo humanitario y de desarrollo.
Hacemos un llamamiento a todos los Estados Miembros que asisten a la Reunión de Altos Funcionarios para que garanticen que la protección sensible a la edad, el género y la discapacidad siga siendo un eje central de la respuesta colectiva. Cuando la protección es desatendida, el costo recae sobre quienes tienen menor capacidad de recuperación.
Los recortes de fondos están afectando de manera desproporcionada a las OSC yemení, especialmente a las Organizaciones Lideradas por Mujeres y Organizaciones de Derechos de las Mujeres (OLMy ODM), con muchas de estas enfrentándose a cierres. Ha llegado el momento de que las comunidades humanitarias y de donantes apoyen incondicionalmente a las ONG nacionales y locales, incluida la toma del liderazgo de las OLM/ODM y su participación directa, segura y significativa en las respuestas locales y nacionales.
Hacemos un llamamiento a los donantes para que aumenten la financiación directa y flexible a los actores locales, que a menudo son los primeros en responder y los mejor situados para cumplir. Cuando se necesiten intermediarios, el apoyo debe reforzar, no reemplazar, el liderazgo local, con una clara inversión en colaboración, rendición de cuentas, capacidad y distribución de riesgos.
Lo que está en juego no podría ser más importante. La comunidad internacional debe actuar con decisión para evitar nuevos sufrimientos y daños irreversibles. A medida que se profundiza el sufrimiento de las personas en Yemen, también debe hacerlo nuestra determinación de actuar de inmediato y con plena alineación con los principios humanitarios que defendemos colectivamente. Debemos devolver la esperanza al pueblo de Yemen y no podemos dejar atrás a una población en necesidad crítica.