Los civiles han soportado un asedio que ha durado 18 meses, interrumpiendo toda forma de ayuda. Casas, hospitales, escuelas y mezquitas han sido bombardeados repetidamente.
Muchas familias en la ciudad están muriendo de hambre: las reservas de alimentos y medicinas se han agotado, pero la ayuda humanitaria sigue siendo bloqueada.
Islamic Relief pide a la comunidad internacional que aumente la presión para lograr un alto el fuego inmediato, garantizar el acceso humanitario sin obstáculos a la ciudad y permitir que todos los civiles que lo deseen puedan salir de El Fasher de manera segura y digna.
Con la guerra extendiéndose por todo Sudán, esta se ha convertido ya en la mayor crisis de desplazamiento del mundo. El conflicto armado ha obligado a unas 15 millones de personas a huir de sus hogares, de las cuales el 53% son niños. Muchos viven en campamentos temporales, donde las condiciones de vida son desastrosas.
La hambruna se está propagando rápidamente por todo Sudán, y las familias desesperadas luchan cada día por conseguir algo de comida, mientras niños pequeños mueren de hambre en las ciudades, los pueblos y los campamentos de refugiados.
Se estima que unas 28.700 personas han sido asesinadas, pero el número real de víctimas probablemente sea mucho mayor, ya que se cree que las cifras oficiales están subestimadas. El número de muertes causadas por el hambre, las enfermedades y la falta de servicios esenciales podría aumentar drásticamente.
Las comunidades están denunciando atrocidades horribles, como violaciones masivas de mujeres y civiles reducidos a la esclavitud o enterrados vivos. Enfermedades como el cólera y el dengue se están propagando rápidamente, ya que la mayoría de las personas no tiene acceso a atención sanitaria.
Los niños están muriendo de hambre y el equipo de Islamic Relief está presenciando un rápido aumento del número de niños desnutridos en los centros de salud y nutrición que apoya, con algunos tan demacrados que apenas pueden respirar.
Muchas familias se ven obligadas a compartir una sola comida al día, a menudo compuesta únicamente por un par de trozos de kisra (una fina torta local hecha de sorgo) o una taza de hojas hervidas.
Muchos agricultores han sido desplazados, y otros sufren ataques de grupos armados que saquean las cosechas. Algunos han informado a Islamic Relief de que es demasiado peligroso acceder a sus campos para sembrar o cosechar, mientras que los camiones que transportan alimentos hacia los mercados son saqueados con frecuencia.
Los precios de los alimentos han aumentado drásticamente en los últimos dos años, y en muchas zonas se han más que duplicado.
La situación humanitaria es dramática: las familias luchan por sobrevivir y por cubrir sus necesidades básicas.
Islamic Relief lleva trabajado sobre el terreno en Sudán desde 1984, ofreciendo ayuda vital a quienes la necesitan.
Hoy en día, Sudán es uno de los lugares más peligrosos y difíciles para llevar a cabo labores humanitarias, con decenas de trabajadores humanitarios asesinados, oficinas saqueadas y frecuentes obstáculos burocráticos.
A pesar de estas dificultades, Islamic Relief ha brindado asistencia vital a más de 1,2 millones de personas en todo el país. Sin embargo, la necesidad de ayuda sigue siendo enorme, ya que la violencia continúa intensificándose.
Islamic Relief lleva más de 40 años presente en Sudán y continúa al lado de las familias afectadas por la violencia.
Por favor, haz una donación ahora y ayúdanos a aliviar el sufrimiento del pueblo de Sudán.