La confirmación oficial de la hambruna en Gaza, hecha pública hoy, representa una profunda vergüenza para la comunidad internacional
Cada día, nuestro equipo allí presencia cómo más personas mueren de hambre y cómo los niños se convierten en esqueletos vivientes ante nuestros ojos. Muchos más morirán si el mundo no actúa ahora
Esta hambruna no es un accidente: Israel está matando de hambre deliberadamente a los palestinos. Es completamente provocada por el ser humano, resultado del cruel e ilegal bloqueo impuesto por Israel y de la complicidad de los líderes mundiales que han fracasado en detener los crímenes de guerra diarios. Nunca antes una hambruna; la forma más extrema y rara de inanición, había sido tan ampliamente predicha y tan fácilmente evitable, pero las advertencias han sido repetidamente ignoradas.
Israel ha destruido la capacidad de Gaza para alimentarse por sí misma, luego ha bloqueado la entrada de ayuda vital y ha disparado contra personas hambrientas que intentaban conseguir alimentos para sus hijos. Ha destruido el sistema de salud de Gaza, negando tratamiento a personas desnutridas. Camiones con alimentos, medicinas y ayuda vital se encuentran a pocos kilómetros de las personas que mueren de hambre, pero se les niega el acceso. Incluso mientras imágenes horribles de niños esqueléticos conmueven al mundo entero, Israel ha intensificado sus ataques contra civiles, ha seguido restringiendo la ayuda y ha incrementado sus esfuerzos por desmantelar y militarizar la respuesta humanitaria. Los niños pequeños son los más expuestos a la inanición, pero incluso los trabajadores humanitarios y el personal médico ya muestran signos de desnutrición.
Frente a la violencia y el sufrimiento constantes, el pueblo palestino en Gaza ha demostrado una valentía y una resiliencia extraordinarias, pero hay un límite para lo que los seres humanos pueden soportar.
Ya no hay lugar para excusas. Los líderes mundiales deben actuar de una vez por todas para salvar vidas y prevenir un genocidio. La única forma de evitar que esta hambruna se extienda aún más por Gaza y cause más muertes es exigir un alto el fuego y presionar a Israel para que reabra completamente todos los cruces terrestres, permitiendo el ingreso masivo de suministros. Un pequeño aumento temporal no basta: debe ser a gran escala, sostenido, y gestionado a través del sistema liderado por la ONU que Israel intenta desmantelar.
Más declaraciones débiles de condena no harán ninguna diferencia en este momento. Para salvar vidas, los gobiernos deben aplicar presión económica y diplomática real, como poner fin a la venta de armas, suspender acuerdos comerciales y prohibir el comercio e inversión con los asentamientos ilegales israelíes.