miércoles, 10 diciembre 2025

Las familias palestinas en Gaza se enfrentan a una pesadilla cada vez mayor con la llegada del invierno, advierte Islamic Relief.

Las intensas lluvias registradas hoy han inundado tiendas de campaña y refugios con agua y aguas residuales sin tratar, mientras Israel continúa bloqueando gran parte de la ayuda humanitaria vital que la población necesita, a medida que se aproxima la tormenta Byron.

Un nuevo análisis revela que, en los dos meses transcurridos desde el anuncio del alto el fuego, solo una media de 128 camiones diarios ha logrado llegar a la población de Gaza, muy por debajo de los 600 camiones al día acordados. Mientras las familias sufren inundaciones y hambre, tiendas de campaña nuevas, medicamentos y ayuda de invierno permanecen bloqueados a apenas unos kilómetros de distancia.

Se espera que la crisis empeore si la tormenta Byron alcanza Gaza en los próximos días, trayendo lluvias récord y poniendo en riesgo a cientos de miles de personas. Los niños pequeños y las personas mayores corren un riesgo especial de hipotermia y de enfermedades mortales transmitidas por el agua.

La mayor parte de la población palestina se encuentra ahora confinada en un reducido enclave de Gaza, donde las condiciones son extremas y de grave hacinamiento. Gran parte de la infraestructura está dañada o destruida, y las familias sin hogar pasan noches heladas en tiendas precarias, mientras otras duermen entre los escombros de sus viviendas, sin ningún otro lugar adonde ir. Tras sucesivos desplazamientos forzados, la mayoría apenas conserva algunas pertenencias, y las inundaciones están arrasando con las pocas mantas, tiendas, camas y prendas de abrigo que aún les quedan.

Islamic Relief está distribuyendo alimentos a las familias afectadas por las inundaciones y colaborando con UNICEF para proporcionar ropa de abrigo, mantas y otra ayuda invernal a miles de niños y niñas huérfanos y en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, la necesidad es mucho mayor: según el Clúster Interinstitucional de Refugio, alrededor de 1,5 millones de personas necesitan con urgencia suministros de alojamiento.

Un trabajador humanitario de Islamic Relief en Gaza explica:

“Estamos viendo cómo se propagan infecciones cutáneas y enfermedades entre los niños que viven en tiendas inundadas por aguas residuales, después de que los bombardeos israelíes destruyeran el sistema de saneamiento de Gaza. La situación es totalmente catastrófica y existe una enorme brecha entre la magnitud de las necesidades y la ayuda que realmente logra entrar. En los puntos de distribución nos encontramos con miles de personas desesperadas, pero no hay suficiente ayuda para todas las que la necesitan.

La gente sigue pasando hambre y se ve obligada a comer pienso para animales o a hervir plantas silvestres porque no hay suficientes alimentos. La escasez de suministros médicos está convirtiendo lesiones tratables en muertes. Las mujeres embarazadas están desnutridas y se someten a cesáreas sin anestesia. La falta de kits de higiene y de agua potable ha privado a las personas de su dignidad básica, y las mujeres en los campamentos nos dicen que llevan meses sin compresas ni jabón”.

Las condiciones meteorológicas extremas están dificultando aún más el desplazamiento de las personas desplazadas y la llegada de ayuda humanitaria.

La asistencia humanitaria es una obligación legal conforme al derecho internacional. Sin embargo, a pesar del acuerdo de alto el fuego, Israel ha rechazado o bloqueado decenas de solicitudes de ONG para introducir ayuda en Gaza. Ayuda valorada en decenas de millones de dólares permanece almacenada en depósitos, incluidas decenas de miles de tiendas de campaña, materiales de refugio y ayuda invernal, así como medicamentos, alimentos nutritivos, bombas de alcantarillado y otros suministros esenciales.

Dos meses después del alto el fuego, continúan registrándose violaciones diarias con total impunidad. Israel mantiene bombardeos y ataques regulares que, desde el anuncio del alto el fuego, han causado la muerte de más de 376 palestinos y han dejado alrededor de 1.000 personas heridas, además de seguir destruyendo viviendas e infraestructuras. Crece la preocupación de que el alto el fuego esté siendo utilizado para afianzar la ocupación ilegal y forzar el desplazamiento de la población palestina de sus tierras.

Los gobiernos internacionales deben exigir responsabilidades a las partes por las violaciones del acuerdo de alto el fuego. Los líderes mundiales deben utilizar urgentemente todos los medios posibles para aumentar la presión sobre Israel y garantizar un acceso humanitario pleno, independiente y sin obstáculos, de conformidad con el derecho internacional.

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