Las masacres de personas que intentan obtener ayuda alimentaria deben tener consecuencias
Tres meses después de que Israel endureciera su asedio total de Gaza, docenas de niños, bebés y ancianos palestinoshan muerto de hambre y padres desesperados están siendo asesinados a tiros mientras intentan obtener ayuda alimentaria en nuevos sitios de distribución militarizados
Estos sitios nuevos se han convertido en trampas mortales donde la gente viene en busca de pan, solo para ser abatida a tiros, arrestada o humillada.
A menos que los gobiernos internacionales presionen urgentemente a Israel para que ponga fin por completo a su asedio, reabra todos los cruces y permita el acceso humanitario a gran escala, seguro y sin obstáculos, pronto muchas más personas en Gaza morirán de hambre y enfermedades.
No se debe permitir que los últimos ataques mortales contra personas que intentan obtener ayuda alimentaria queden sin consecuencias y sin ninguna responsabilidad. Durante la última semana, los soldados israelíes abrieron fuego contra personas que intentaban obtener ayuda y según informes horribles de médicos y testigos docenas de personas han muerto y muchas más han resultado heridas. Las personas gravemente heridas han tenido que ser trasladadas en carros de burros porque las ambulancias tienen prohibido el acceso.
Los palestinos y las agencias humanitarias han advertido repetidamente que el nuevo y controvertido sistema de la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG) no se trata de ofrecer ayuda a las personas y salvar vidas, sino de utilizar la ayuda como un arma y afianzar el control israelí. Esto viola todos los principios humanitarios fundamentales y está poniendo aún más vidas en peligro.
La hambruna y el sufrimiento que estamos viendo en Gaza no es un accidente; es una decisión deliberada. Los gobiernos internacionales tienen la responsabilidad moral y legal de actuar para prevenir el genocidio, como lo exige la Corte Internacional de Justicia. Si bien muchos países ahora emiten palabras de condena, no lo respaldan con una presión real. Las palabras por sí solas no salvarán vidas palestinas: deben ir acompañadas de acciones significativas, como suspender la venta de armas y los acuerdos comerciales hasta que se respete el derecho internacional.
Cada hora la catástrofe humanitaria empeora. El goteo de ayuda que ahora se permite es lamentablemente pequeño en comparación con los cientos de camiones que se necesitan al día. Todavía se bloquea la entrada de muchos más camiones llenos de alimentos y suministros médicos que salvan vidas. Otra ayuda no alimentaria vital, como tiendas de campaña para familias desplazadas, gas para cocinar y equipos para purificar los suministros de agua contaminada, todavía está completamente prohibida. Israel continúa bombardeando incansablemente refugios y hospitales civiles. Más del 80% de Gaza está ahora cerrada a los palestinos, y las familias se ven obligadas a trasladarse a zonas cada vez más pequeñas donde se están propagando las enfermedades.
La única forma de abordar esta cantidad de sufrimiento y garantizar que la ayuda llegue a las personas más vulnerables es presionar a Israel para que permita el pleno acceso humanitario de conformidad con los principios humanitarios y el derecho internacional.