Los lanzamientos aéreos de ayuda humanitaria en Gaza son ineficaces, peligrosos y no evitarán que más personas mueran de hambre
Quedan bien ante las cámaras, pero tienen muy poco impacto humanitario
Solo presionando a Israel para que reabra por completo los pasos fronterizos terrestres existentes se podrá llevar la ayuda a la población en la escala necesaria para detener la hambruna.
1/ Las personas más vulnerables son las menos propensas a beneficiarse de los lanzamientos aéreos. Cuando las agencias humanitarias distribuyen ayuda sobre el terreno, tomamos medidas para garantizar que llegue a los grupos más vulnerables, como las personas mayores, las personas con discapacidad, las mujeres embarazadas y los niños huérfanos. Pero cuando la ayuda se lanza desde el aire, es imposible garantizar dónde caerá, por lo que a menudo son los más fuertes y rápidos los que la alcanzan primero, especialmente cuando, como en Gaza, el sistema humanitario sobre el terreno se ve obstaculizado sistemáticamente. Las personas que sufren malnutrición grave no pueden correr tras los lanzamientos aéreos.
2/ Los lanzamientos aéreos aumentan la probabilidad de que se desvíe la ayuda. Israel afirma, a pesar de las pruebas evidentes que demuestran lo contrario, que ha cerrado los pasos fronterizos terrestres debido al desvío de la ayuda. Pero la ayuda lanzada desde el aire, sobre la que se tiene poco o ningún control en cuanto a dónde cae o quién la recibe, tiene muchas más probabilidades de acabar en manos equivocadas que cuando se distribuye por tierra de forma profesional.
3/ Los lanzamientos aéreos no pueden proporcionar la cantidad de ayuda que se necesita. El Gobierno israelí afirma que esta semana se lanzaron 52 toneladas de ayuda sobre Gaza en un solo día, lo que equivale a unas dos cargas de camión por tierra. Incluso antes de octubre de 2023, entre 500 y 600 camiones entraban cada día en Gaza con suministros humanitarios y comerciales, y ahora se necesita mucho más. Los lanzamientos aéreos diarios apenas proporcionan ayuda para unos pocos minutos. Se ha demostrado que las rutas terrestres existentes permiten llevar ayuda en cantidades mucho mayores, si se eliminan las obstrucciones israelíes.
4/ Los lanzamientos aéreos no pueden proporcionar el tipo de ayuda que se necesita. Llevar alimentos a Gaza es vital, pero no es lo único que se necesita. Los niños desnutridos necesitan tratamiento especializado y cuidados terapéuticos, no solo paquetes de alimentos. Estos lanzamientos aéreos no salvarán sus vidas sin la atención médica adecuada. Muchas comunidades han dicho que no han podido utilizar la ayuda entregada en los últimos días, ya que requiere agua o gas para cocinar, de los que carecen. La gente también necesita desesperadamente medicamentos, combustible y otros suministros.
5/ Los lanzamientos aéreos de ayuda se han vuelto letales. Cuando el año pasado se lanzaron ayudas desde el aire sobre Gaza, numerosos civiles murieron a causa de las cajas de alimentos o los palés lanzados desde el cielo, las mismas cajas que se suponía que debían salvarlos. Otras personas se ahogaron al intentar recuperar las ayudas que cayeron al mar, mientras que otras ayudas se lanzaron en medio de intensos combates o cerca de municiones sin detonar. En los últimos días, más personas han resultado heridas por los suministros lanzados desde el aire.
6/ La ayuda humanitaria por sí sola no puede hacer frente a la magnitud de esta crisis. Para garantizar que la mayoría de la población tenga acceso a alimentos y otros productos básicos a precios asequibles, es fundamental que también se permita la entrada de suministros comerciales en Gaza. A lo largo de esta crisis y antes de ella, los suministros comerciales han sido fundamentales para garantizar la disponibilidad de alimentos en los mercados. Pero estos suministros solo pueden llegar por tierra, no mediante lanzamientos aéreos.
7/ Los lanzamientos aéreos son la forma más cara e ineficaz de entregar ayuda. Aunque no se puede poner precio a salvar vidas, lo cierto es que los lanzamientos aéreos son mucho más caros que enviar ayuda por tierra y tienen mucho menos impacto. Los lanzamientos aéreos son prohibitivamente caros a largo plazo.
8/ Los lanzamientos aéreos son un último recurso, pero solo en determinadas circunstancias. A veces se utilizan cuando simplemente no hay otra opción, normalmente solo cuando se intenta llegar a lugares remotos e inaccesibles donde las carreteras están inundadas o destruidas por desastres naturales. Este no es el caso de Gaza, donde el acceso por tierra es posible y mucho más eficaz. La ayuda por tierra a Gaza podría aumentarse enormemente mañana mismo, si Israel abriera los pasos fronterizos.
9/ Israel sigue bloqueando la entrada de ayuda por tierra. El reciente anuncio israelí de corredores temporales y «pausas tácticas» es bienvenido, pero está lejos de ser suficiente y, hasta ahora, no ha supuesto ningún cambio real en la situación sobre el terreno. La cantidad de ayuda que ha llegado por tierra desde entonces es solo una gota en el océano en comparación con lo que se necesita. Unos pocos camiones más durante unos días no detendrán la hambruna en Gaza, ni tampoco unos pocos lanzamientos aéreos.
10/ Los lanzamientos aéreos son una distracción de la solución real. A lo largo de esta crisis, hemos visto cómo se ha dedicado un tiempo y una energía política valiosos a perseguir distracciones alentadas por Israel, como los lanzamientos aéreos y el fallido puerto marítimo del año pasado, que costó 230 millones de dólares, no entregó casi ninguna ayuda y cerró meses después, cuando la situación humanitaria era aún peor. Es comprensible la tentación de considerar que estas iniciativas son «mejor que nada», pero pueden ser perjudiciales al desviar la presión internacional y desviar la atención de la única solución que puede abordar la magnitud de esta crisis: la reapertura total de todos los pasos fronterizos terrestres para la ayuda humanitaria y los suministros comerciales, y el acceso humanitario completo y sin obstáculos dentro de Gaza.