jueves, 25 noviembre 2021

“Las cosas tan solo cambiarán de verdad si los hombres se comprometen activamente como aliados»

A menudo son las propias mujeres las que buscan soluciones para prevenir la violencia contra la mujer. Sin embargo, Issa Bamba, Coordinador de Protección e Inclusión de Islamic Relief en Mali, argumenta que los hombres y los niños también deberían trabajar para marcar la diferencia.

«El 85% de las mujeres en Mali han sido víctimas de la violencia de género. Ya sea en forma de mutilación / ablación genital femenina (MGF / C), matrimonios infantiles y forzados o violencia doméstica, no se puede negar que la mayoría de las mujeres aquí experimentan violencia física y sexual a manos de los hombres.

Lamentablemente, la violencia contra las mujeres en Mali todavía se considera un «problema de mujeres», y hay una gran tendencia a dejar en manos de las mujeres y las niñas el trabajar para para encontrar soluciones a estos problemas.

La gran mayoría de los perpetradores de la violencia de género son hombres. Pero ningún niño nace como perpetrador. Lo que ocurre es que los niños crecen en un contexto que minimiza, normaliza y provoca el sexismo, la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres. 

Me apasiona la igualdad de género y el poder cambiar esta narrativa.

Trabajo codo con codo con mujeres y hombres y trato temas delicados que la mayoría de la gente considera tabú en Mali. Al principio me tope con mucha resistencia, y no fue fácil trabajar con comunidades con creencias profundamente arraigadas. Fui testigo de primera mano de que la violencia contra las mujeres estaba normalizada. Lamentablemente, las propias mujeres internalizaron esta noción y llegaron a esperar ser maltratadas.

Issa Bamba, Coordinador de Protección e Inclusión de Islamic Relief en Mali

Muchas de las mujeres que he conocido a través de mi trabajo no conocían sus derechos. Provienen de un entorno en el que las mujeres tienen poco que decir, y donde a una mujer no se le permite decir «no». Estos encuentros me han hecho darme cuenta de que debemos examinar críticamente qué es lo que alimenta la violencia masculina y ofrecer a los niños y hombres nuevas perspectivas sobre la masculinidad. Debemos proporcionar a los hombres y niños las herramientas que necesitan para convertirse en parte de la solución.

Las cosas sólo cambiarán si realmente los hombres se comprometen activamente como aliados.

En los últimos años, y especialmente desde que comencé a trabajar con Islamic Relief, he notado que las mujeres están empezando lentamente a entender cuáles son sus derechos y han empezado a luchar por ellos. Las activistas de género en la comunidad se enfrentan a mucho escrutinio y abusos, pero afortunadamente esto no las disuade, sino que las vuelve más decididas a crear un cambio duradero en sus comunidades.

Estoy asombrado por estas mujeres y orgulloso de trabajar con ellas.

Estoy orgulloso de ver su compromiso en contribuir al desarrollo de nuestro país, y esto me recuerda que las mujeres son la columna vertebral de nuestra sociedad.  

Ahora me estoy centrando en lo que puedo hacer como hombre para ayudar en la lucha por la igualdad de género. ¿Qué puedo hacer? Esta es la pregunta que me he estado haciendo todos los días en los últimos años desde que comenzó mi lucha por la igualdad de género. La respuesta es que cualquiera puede marcar la diferencia. 

La pregunta no es qué puedes hacer, sino por dónde puedes empezar. 

El trabajo de Islamic Relief para lograr un cambio duradero incluye la realización de talleres  donde trabajamos con miembros de la comunidad y les educamos sobre temas como la masculinidad, el empoderamiento de las mujeres y la prevención de la violencia. Utilizamos estas actividades cara a cara para perfeccionar los derechos otorgados tanto a hombres como a mujeres y nuestro objetivo es educar e involucrar a las personas. 

Tanto en mi vida profesional como en mi vida personal hablo con hombres y niños y confronto creencias culturales tóxicas hablándoles sobre cómo el Profeta Muhammad (la paz sea con él) promovió los derechos de las mujeres. Les muestro a través del ejemplo que los hombres somos aliados importantes en la lucha contra la violencia de género. 

Realmente sí creo que el cambio sea posible, y creo que el cambio no debe venir de personas de fuera, sino desde dentro de las comunidades. Por lo tanto, trato de unir a las personas, especialmente a los líderes religiosos que tienen una posición e influencia poderosas en nuestras comunidades. Es por eso que les pedimos que hablen y comiencen a marcar la diferencia, ya que creo que tenemos que lidiar juntos como sociedad con estas desigualdades de género profundamente arraigadas y con las normas sociales dañinas.

Millones de niñas y mujeres en todo el mundo tienen derecho a vivir sin temor a sufrir violencia, y no depende de ellas encontrar las soluciones. Es responsabilidad de los hombres lograr el cambio». 

Apoya nuestro trabajo y salva vidas en Mali y en todo el mundo.

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