La sombra del creyente en el Día de la Resurrección será su Sadaqah (caridad)
[Tirmidhi]

Ser cuidadoso y compasivo con todos todos los seres vivos es un aspecto vital en el Islam. Al leer el Corán, uno no puede evitar sorprenderse por la cantidad de veces que se menciona la caridad: alimentar a los pobres y necesitados, apoyar a los niños huérfanos, familiares y viajeros… Todas estas referencias enfatizan la importancia de la caridad en la vida del musulmán.

Muchos hadices – dichos del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) – se refieren a este profundo afecto y sentimiento de hermandad:

“Ninguno de vosotros será un verdadero creyente hasta que no desee para su hermano lo que desea para sí mismo”

“El buen ejemplo que los creyentes ofrecen, con su cariño, misericordia y amabilidad recíprocas, es que es como si fueran un solo cuerpo. Cuando un miembro del mismo se encuentra afectado, entonces todo el cuerpo muestra su vigilia y fiebre.” 

Si un musulmán empatiza con el dolor de su prójimo y le desea el mismo consuelo y buena vida que desea para sí mismo, como consecuencia, buscará aliviar el sufrimiento de la otra persona ofreciendo caridad.

Además de los indiscutibles beneficios para quienes reciben caridad, el Islam también resalta el sentido espiritual para quien ofrece su riqueza desinteresadamente como recordatorio de que cada bendición que posee en esta vida proviene de Allah. No debemos acumular nuestras riquezas y bendiciones, sino reconocer que Allah desea que seamos compasivos y compartamos nuestras provisiones con otros sin orgullo ni arrogancia:

«¡Oh, creyentes! No malogréis vuestras caridades haciendo alarde de ellas u ofendiendo, como aquel que contribuye para que la gente lo vea…” – (Corán 2:264)

El Corán nos recuerda que existe un derecho reconocido, para los necesitados y desfavorecidos sobre nuestra riqueza, por lo que al dar por el bien de los demás, un musulmán está cumpliendo con un deber hacia los necesitados. y evitando sentir arrogancia por su propia generosidad:

“De su dinero destinan un derecho establecido para el que pide ayuda y para el indigente honesto” – Corán (70:24-25)

De hecho, Allah describe a los que impiden el sustento de los huérfanos y la alimentación de los pobres como los que rechazan la fe: “¿Acaso has observado a quien desmiente el Día del Juicio? Es quien rechaza al huérfano y no exhorta a alimentar al pobre” (Corán 107: 1-3) ya que la caridad debe darse en «la prosperidad o la adversidad» (3 : 134), sin miedo a la pobreza. Debemos tener fe en que un acto sincero de dar solo puede traer una recompensa abundante:

“El ejemplo de quienes contribuyen con su dinero por la causa de Dios es como el de un grano que produce siete espigas, cada espiga contiene cien granos. Así Dios multiplica [la recompensa]…” – Corán 2:261

Con el azaque o Zakat, el impuesto anual obligatorio que un musulmán adulto paga sobre su riqueza, uno de los cinco pilares del Islam, apoyar a las personas necesitadas a través de la caridad se convierte en una piedra angular innegable de la creencia.

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