El año 2020 podría resumirse como un año de grandes desafíos y sufrimiento para la población mundial, especialmente, para las más vulnerables.
Desde los incendios de Australia que iniciaron el año junto a la pandemia de la COVID-19 y los numerosos desastres naturales que se sucedieron a lo largo del año y especialmente a finales del mismo, así como el incremento de los niveles de hambre mundial; hicieron del 2020 un año de grandes dificultades a las que muchos continúan enfrentándose.
La crisis sanitaria de la COVID-19 agravó la situación de millones de personas en el mundo, incrementando el número de personas necesitadas a 235 millones, lo que significa 1 de cada 33 personas, tal y como se recoge en un informe de la OIM. Las personas desplazadas, refugiadas y las comunidades de acogida así como aquellas que se vieron afectadas por desastres naturales y conflictos de diversa índole vieron cómo sus condiciones de vida empeoraron junto a las soluciones a largo plazo.
En el transcurso del año 2020, el número de desplazamientos a causa de conflictos y desastres naturales continuó en aumento hasta llegar a los 40,5 millones de personas, entre los cuales 9,8 millones de personas se vieron obligadas a trasladarse por el auge de la violencia y los conflictos y 30,7 millones de personas se desplazaron a raíz de los desastres naturales. Según el informe mencionado, a finales del año pasado, había 55 millones de personas desplazadas en 59 países.
La respuesta de Islamic Relief ante las emergencias en 2020
En un año de desafíos sin precedentes, desde Islamic Relief dimos un giro rápido, readaptando nuestras operaciones para asegurarnos de que la Covid-19 no nos impidiera cumplir con nuestra misión de abordar y responder ante la pobreza y el sufrimiento en el mundo.
Islamic Relief respondió con más de 370 proyectos de emergencia en 30 países en un año definido por la crisis sanitaria. Adaptando rápidamente nuestras operaciones, continuamos ayudando a las familias que sufren en medio de conflictos y desastres naturales y ayudamos a proteger a millones de personas en 20 países de las devastadoras consecuencias del coronavirus. Brindamos apoyo ante la situación que se desencadenó tras la explosion de Beirut, los múltiples ciclones y terremotos y en las inundaciones de Sudán y Bangladesh. Proporcionamos asistencia sanitaria, alimentaria y de emergencia: Construimos refugios y reconstruimos edificios para personas refugiadas, desplazadas y en situación de vulnerabilidad. También ayudamos a las comunidades afectadas a hacer frente a las inundaciones repentinas y las sequías localizadas, mientras continuamos con nuestros proyectos a largo plazo en Siria y Yemen.
Entendimos desde el principio que la pandemia del coronavirus agudizaría la pobreza y el sufrimiento que viven las comunidades vulnerables. Al lanzar nuestro Marco de Recuperación Socioeconómica, destacamos las formas en las que impulsar su resiliencia socio-económica durante la crisis y tras ésta. Además de nuestras respuestas inmediatas para cubrir las necesidades más básicas de las comunidades afectadas (refugio, alimentación, atención sanitaria, agua e higiene), emprendimos acciones que les ayuden a salir del eslabón de la pobreza en el que quedan atrapadas por los conflictos armados y los desastres naturales. Las intervenciones que realizamos en 2020 incluyeron la instalación de bancos de alimentos para que los agricultores en Malí pudieran cosechar cuando se levantaran los bloqueos, mejorando su acceso a los alimentos y los medios de vida. Mientras tanto, ayudamos a los empresarios empobrecidos de Pakistán a seguir ganándose la vida con pequeños negocios, como puestos de venta en las carreteras, sastrería y horticultura, otorgándoles subvenciones o cancelando su deuda.
Islamic Relief también desarrolló la resiliencia de las comunidades, ayudando a más de 127.000 personas a protegerse mejor cuando ocurre un desastre.
Hoy, TÚ puedes ayudar a las comunidades afectadas por guerras y desastres. Puedes cambiar la vida de una persona. Dona ahora.