Gaza está sufriendo la peor crisis alimentaria del mundo y está al borde de la hambruna
Gaza está sufriendo la peor crisis alimentaria actual del mundo: una catástrofe totalmente provocada por el hombre como resultado de los continuos ataques y el asedio por Israel a la franja y que está matando de hambre a la población.
El personal de Islamic Relief en Gaza describe escenas desgarradoras, ya que la mayoría de las familias pasan días enteros sin comer nada, niños desesperados deambulan por calles llenas de escombros en busca de restos de comida que puedan encontrar y bebés recién nacidos demacrados mueren de enfermedades y hambre. Los padres sin comer para poder dar algunos bocados a sus hijos, pero la desnutrición está aumentando.
Los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las madres lactantes corren mayor riesgo de desnutrición, pero casi todos en Gaza ahora pasan hambre y enfrentan crisis o niveles peores de inseguridad alimentaria.
En la escala de cinco fases reconocida internacionalmente y utilizada para clasificar las crisis alimentarias, se cree que más de medio millón de personas en Gaza (una cuarta parte de toda la población) se encuentran en el nivel «catastrófico» más grave de la Fase 5, lo que significa un alto riesgo de hambrunas y muertes masivas.
Más del 80% de las personas actualmente clasificadas en la Fase 5 en todo el mundo se encuentran en Gaza.
Es casi inevitable que se produzca una hambruna a menos que haya un alto el fuego y a menos que Israel permita que entren más ayudas y bienes comerciales al territorio. Privar deliberadamente a los civiles de alimentos y otras ayudas es una violación del derecho internacional.
A pesar de los repetidos anuncios, no ha habido ninguna mejora en la cantidad de suministros que llegan a la población civil. La ayuda humanitaria por sí sola no puede ser suficiente para abordar una crisis de esta magnitud, pero Israel continúa prohibiendo por completo la entrada a Gaza de bienes comerciales esenciales. Anteriormente, los suministros comerciales representaban más del 90% de los camiones que pasaban por el cruce de Kerem Shalom.
Sin la llegada de suministros comerciales, los mercados de Gaza están casi vacíos y el precio de los pocos alimentos disponibles se ha disparado fuera del alcance de la mayoría de las personas. En los últimos días, el número de camiones que entran en Gaza se estima en poco más de 100 por día, sólo una quinta parte de los que solían entrar diariamente antes del 7 de octubre, que incluso entonces era insuficiente.
La mayor parte de las tierras agrícolas fértiles de Gaza han sido destruidas y casi toda la producción agrícola, ganadera y pesquera se ha detenido debido a los bombardeos. La mayoría de las panaderías han sido bombardeadas y las pocas que quedan no pueden hornear pan porque no disponen de harina ni combustible.
Un trabajador de Islamic Relief en Gaza dice: “Mucha gente pasa días sin comer nada. La gente arriesga sus vidas para buscar comida en las calles, sólo para regresar con las manos vacías porque no hay nada. Existe una amenaza real de hambruna a menos que cesen los bombardeos y se permita la entrada urgente de más suministros. Casi todo el mundo se ve afectado: los niños muy pequeños están sufriendo desnutrición y las mujeres embarazadas viven en condiciones terribles en refugios hacinados donde no pueden conseguir comida ni agua y las enfermedades se están propagando”.
Islamic Relief continúa trabajando con socios locales para distribuir alimentos siempre que sea posible; en los últimos días hemos distribuido miles de comidas calientes y paquetes de verduras, pero es una gota en el océano en comparación con lo que se necesita. La mayor parte de lo que distribuimos ahora debe estar ya preparado y listo para comer, ya que la mayoría de la gente no tiene gas ni combustible para cocinar.
Los continuos ataques en toda Gaza –incluidos contra trabajadores humanitarios y camiones de ayuda, así como contra infraestructura civil– restringen aún más gravemente la capacidad de las agencias humanitarias para llegar a las personas necesitadas.
Además de la falta de alimentos, los bombardeos de Israel han destruido los sistemas de salud, agua y saneamiento de Gaza, y el riesgo de enfermedades se está descontrolando.