Las comunidades del Sahel florecen con la tecnología «verde» del agua de Islamic Relief Mali y Niger.
En este Día Mundial del Agua, en Islamic Relief continuamos decididos a trabajar duro para que todas las personas tengan acceso a un derecho humano fundamental: el agua potable.
En un mundo en el que miles de millones de personas carecen de agua potable, luchando para poner fin a esta injusticia en las comunidades más vulnerables de todo el mundo como la región africana del Sahel.
La región semiárida del Sahel se ha visto gravemente afectada por los efectos del cambio climático. La desertificación, las sequías periódicas y las lluvias irregulares se han sumado a los desafíos existentes que afectan a las millones de personas que viven en la región. La prioridad más apremiante, sin embargo, es el acceso a agua potable segura.
Islamic Relief está ayudando a las comunidades vulnerables en Níger y Mali a resolver sus problemas de acceso al agua mediante el uso de tecnología sostenible que funciona con energía solar.
En 2018, instalamos sistemas de distribución de agua que funcionan con energía solar; los cuales beneficiaron a 18.700 personas en total en Mali y Níger.
Se establecieron comités de gestión del agua en cada punto, y se ofrecieron jornadas formativas en servicios técnicos y mantenimiento, proporcionando a las comunidades el conocimiento necesario para garantizar el funcionamiento de los sistemas a largo plazo. Para evitar la contaminación, establecimos áreas exclusivas para el lavado de ropa y abrevaderos para los animales, y enseñamos a los beneficiarios cómo mantenerse sanos a través de buenas prácticas de higiene.
Los sistemas actuales utilizan tecnología solar suministrar agua a través de los grifos y han reducido drásticamente el tiempo y el esfuerzo que las mujeres y los niños invierten en ir a buscar agua. Antes de la intervención, las comunidades tenían que recoger agua de los pozos utilizando cuerdas y cubos, lo cual les llevaba horas cada día y les exponía a enfermedades nocivas transmitidas por el agua.
Recoger de agua: una tarea diaria dura y necesaria.
Para Ramatou Yayé, una joven de 28 años de la aldea de Harigana en Níger, conseguir agua era una tarea agotadora. “Solía recoger agua del pozo principal del pueblo. La extracción de agua y el transporte era la peor tarea doméstica para mí » nos explica.
“Tengo muchos dolores por esta ardua labor. Todos los días transportaba diez tagalas de agua (dos cubos de 10 litros): ocho por la mañana y dos por la tarde, a veces lo hacía hasta la hora de oración del atardecer. Durante las épocas del año más cálidas, si llegaba tarde al pozo, no podía conseguir suficiente agua antes de que anocheciera. El consumo de agua en mi casa es mayor porque tengo animales».
Los pozos abiertos tienden a secarse rápidamente, creando una escasez de agua que puede durar meses. También están en riesgo de contaminación, propagando enfermedades transmitidas por el agua como la tifoidea y la esquistosomiasis. «Mi mayor problema es que incluso cuando estaba enferma tenía que ir a buscar agua porque, de lo contrario, no tendría», nos dice Ramatou.
“El agua del pozo estaba sucia y algunas veces tenía insectos. Los quitábamos y usábamos el agua. Por esta razón, a los niños les dolía el estómago o tenían diarrea”.
“El proyecto implementado por Islamic Relief nos ha suministrado agua potable segura de un pozo, un tanque y paneles solares. Tenemos tres puntos de agua con grifos para mujeres en todo el pueblo. También han instalado grifos en el centro de salud, la escuela y la mezquita. Fuera de la aldea han instalado abrevaderos para nuestros animales. El agua es tan limpia y sabrosa. Las mujeres están muy contentas con el proyecto».
Un mejor acceso al agua significa disponer de más tiempo para estudiar y trabajar
En la aldea de Banankoro, en Mali, los niños se alegran de verse liberados de las tareas de recogida de agua. Esta labor diaria, que recae principalmente en las niñas, las hacía llegar tarde a la escuela que se encuentra en otro pueblo. El mejor acceso al agua ha significado disponer de más tiempo para ir a la escuela y aprender.
El proyecto también ha permitido que los aldeanos tengan más ingresos al disponer de más tiempo para trabajar. Moussa Diarra se ofreció como voluntario para el Comité de Gestión del Agua de Banakoro y recibió una formación de mantenimiento esencial.
“Desde que nací, en estos 45 años, nuestra aldea nunca había tenido un proyecto tan importante como éste. Solo había una bomba de agua y, aunque todavía funciona, el agua no es de buena calidad. Su sabor es amargo”, nos explicó Moussa.
“Cuando se estropeó, la aldea tardó, al menos dos semanas, en repararla debido a la falta de medios. El reparador vino de Bamako o Koulikoro para hacer la evaluación y darnos un presupuesto de reparación. La recaudación de fondos no fue nada fácil, fuimos de puerta en puerta para recaudar dinero. Pero [el proyecto] ha hecho que las personas sean más responsables por su situación”.
“Los voluntarios, incluyéndome a mí, han sido capacitados y equipados con kits de reparación y mantenimiento. Ahora también reparo las bombas de agua de otros pueblos o de otras personas. Gracias a Islamic Relief porque recibí una formación gratuita que me ha servido para ganarme la vida utilizando las habilidades que me enseñaron. Gano al menos 5,000 XOF (5,70 €) a la semana gracias a las pequeñas reparaciones de fontanería que hago».
Con tu apoyo, Islamic Relief ha empoderado a las comunidades de Níger, Mali y de otros lugares para que dispongan de sistemas de agua sostenibles, mejorando su salud, seguridad y calidad de vida.
Solo el año pasado, alrededor de 183.000 personas se beneficiaron de nuestros proyectos de agua, saneamiento e higiene. Juntos, podemos ayudar aún más.