El 26 de diciembre de 2004, Sri Lanka fue azotado por uno de los peores desastres naturales del siglo. Un maremoto en el océano Índico creó un potente tsunami que mató a decenas de miles de personas, y destruyó casas e infraestructuras. Muchos de los que sobrevivieron perdieron todo lo que tenían. En muchos casos, miembros de su familia y en otros, casas y todo tipo de medios de vida.
Islamic Relief empezó a trabajar en Sri Lanka en respuesta a la catástrofe del tsunami, distribuyendo alimentos de emergencia entre los supervivientes, centrándose en Ampara, uno de los distritos más afectados. Seguidamente los esfuerzos se concentraron en ayudar a la gente a recuperarse del desastre, y unas semanas más tarde, los ingenieros de Islamic Relief empezaron a construir refugios temporales y excavar pozos, para paliar las necesidades de las personas que se habían quedado sin nada.
Después de la fase de emergencia, nos centramos en los proyectos de desarrollo sostenible a largo plazo, a través de la construcción de viviendas permanentes en Kalmunai Tamil y ayudando a las personas a recuperar sus vidas.
Ademas de estas actividades, se puso en funcionamiento el programa de apadrinamiento de huérfanos uno a uno para apoyar a los miles de niños que quedaron huérfanos a causa del tsunami.