viernes, 11 julio 2025

Tima es una superviviente del genocidio de Srebrenica y tiene 70 años. Es madre de Nedzad y de tres hijas: Hurija, Amela e Inela

En 1992, su pueblo fue atacado, lo que obligó a su familia a huir

Quienes se quedaron, fueron asesinados.

“Iba cargando bolsas y arrastrando la ropa de mis hijos [detrás de nosotros]. También llevaba a mis hijos pequeños en brazos. Fue una lucha por la supervivencia. El único objetivo era mantenerse con vida.

“Cuando llegué a Srebrenica, lo único que quería era acostarme con mis hijos. Estaba físicamente agotada de cargar a mis hijos sobre mi espalda durante 3 meses en la nieve.

“No había alojamiento adecuado. La gente que ya estaba allí no quería aceptarnos en sus casas, así que tuvimos que improvisar en el bosque construyendo chozas de plástico y cartón. Los suecos [ONGs] nos ayudaron cuando nos llevaron a unas casas pequeñas donde el alojamiento era mucho mejor.

“Con el tiempo empezó a llegar la ayuda humanitaria. Recibimos 1 kg de harina, y supuestamente debía durarnos todo el mes, lo cual es imposible. La guerra es guerra y sobrevivir es extremadamente difícil. Quienes recibieron ayuda humanitaria tenían una posibilidad de sobrevivir, pero los que no, no tenían ninguna. Espero que aquí no vuelva a haber una guerra nunca más.”

El esposo y el hijo de Tima fueron capturados por el ejército serbio. Su esposo Alija fue trágicamente asesinado en Kasaba, al este de Bosnia y Herzegovina, mientras que Nedzad fue llevado a un lugar de ejecución masiva.

Todos los hombres que eran considerados lo suficientemente mayores para luchar fueron llevados a ese lugar.

“A Nedzad le dispararon 4 veces, pero de algún modo, sobrevivió y logró llegar a Tuzla. Recuerdo que estaba en un estado extremadamente grave, tan mal que ni siquiera podía ir solo al baño. Yo tenía que ayudarle con todo”, dice ella.

El Acuerdo de Paz de Dayton de 1995 puso fin a la guerra en Bosnia, dando a las personas la oportunidad de buscar a sus familiares desaparecidos. Solo entonces Tima descubrió que su esposo había muerto durante la caída de Srebrenica en 1995.

“Lo supe cuando la Cruz Roja comenzó a buscar fosas después de que se firmara el Acuerdo de Dayton. Hubo una búsqueda masiva de cuerpos desaparecidos una vez firmado el acuerdo, y fue entonces cuando encontraron el cuerpo de mi esposo.”

Tima y dos de sus hijas recibieron apoyo posteriormente a través del Programa de Apadrinamiento de Huérfanos de Islamic Relief.

“Islamic Relief me aceptó a mí y a dos de mis hijos, que en ese momento eran pequeños, en su programa. Para mí fue bueno, porque cogí un pequeño préstamo de Islamic Relief que me ayudó a educar a mis hijos. Estoy muy agradecida con Islamic Relief, ya que no habría podido conseguir un préstamo en ningún otro lugar. Solo quiero darles las gracias de todo corazón y también agradecer a la organización que apadrinó a mis dos hijas.”

Actualmente, Tima divide su tiempo entre Tuzla y Srebrenica, donde vive Nedzad, aunque regresar allí sigue siendo difícil para ella.

“No fue fácil para mí volver a Srebrenica. Cuando mi hijo Nedzad terminó sus estudios, le ofrecieron un trabajo aquí. No podía elegir la ubicación del trabajo, que resultó ser Srebrenica, así que lo seguí. No quería volver. Está bien [y] por ahora, es un lugar seguro. Cuando una ha experimentado algo extremadamente aterrador, incluso las cosas pequeñas te sacuden después. Me encantaría llevarme a mi hijo lejos de Srebrenica, pero ¿qué puedo hacer? Como Nedzad trabaja aquí, tenemos que quedarnos aquí.

“Por ahora, todo está bien, mis hijos están bien gracias a Dios. Yo también estoy sana, aunque los años ya me están alcanzando.”

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