El propio personal de Islamic Relief en Gaza se está quedando sin alimentos para ellos y sus hijos, y la gente comienza a morir de hambre mientras Israel continúa bombardeando y asediando implacablemente el enclave.
La escasez de alimentos y la ayuda humanitaria permitida en Gaza no es suficiente para cubrir las enormes necesidades, que siguen creciendo a diario a medida que continúan los ataques.
Israel continúa prohibiendo completamente la entrada de suministros comerciales, incluyendo alimentos. Privar deliberadamente a civiles de alimentos y otras ayudas constituye una violación del derecho internacional.
Algunas personas pasan días sin comer. Los niños pequeños corren un riesgo alto de desnutrición, pero el asedio israelí significa que los medicamentos y productos nutricionales para tratarlos también son extremadamente escasos. Cientos de miles de niños y mujeres embarazadas ya no pueden acceder a los servicios de nutrición.
A pesar de los continuos ataques mortales contra los trabajadores humanitarios, el personal de Islamic Relief y socios locales en Gaza han distribuido paquetes de alimentos, vales de alimentos y comidas preparadas a miles de civiles afectados durante más de dos meses. La mitad de todos los civiles dependen de la ayuda humanitaria para obtener alimentos, pero cada vez nos resulta más difícil continuar con la labor, ya que los suministros se están agotando:
Ahora nuestro personal en Gaza también pasa hambre.
Un trabajador humanitario de Islamic Relief que actualmente se encuentra desplazado en el sur de Gaza dice:
“Desde que los tanques tomaron el control del sur, no nos ha llegado ningún suministro de alimentos. La mayor parte de las tierras de cultivo están ahora vacías porque el ejército israelí ha ordenado la evacuación de la población. Mis hijos tienen hambre por la noche pero no tenemos suficiente pan ni nada más para prepararles la comida. Por mucho que mi hijo pide comida, no tenemos. Es una triste realidad, no puedo proporcionar comida a mi familia, no porque no tenga dinero sino porque no hay comida. Los mercados están vacíos. Quizás ahora nos muramos de hambre».
La gente en toda Gaza hace cola durante más de seis horas sólo para conseguir unos pocos trozos de pan, y casi todas las panaderías siguen fuera de servicio debido a los daños de las bombas o la falta de combustible. La mayoría de la gente ya no tiene acceso a carne ni lácteos, y muchas familias desplazadas ahora carecen de acceso a gas para cocinar, por lo que dependen de cualquier alimento crudo que puedan encontrar.
A medida que los suministros disminuyen, el precio de los alimentos básicos ha aumentado mucho más allá del alcance de las familias más pobres: el precio de las verduras ahora es un 200% más alto que antes de que comenzaran los ataques a Gaza.
Un informe reciente del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas ha identificado hambruna severa en más de un tercio (36%) de las familias entrevistadas, dónde el 91% de las personas se acuestan con hambre. Casi dos de cada tres personas (63%) afirman haber pasado días enteros sin comer.
Islamic Relief continúa pidiendo a los líderes mundiales un alto el fuego permanente y exigiendo que Israel permita la entrada a Gaza de alimentos, combustible, medicinas y otros suministros esenciales en las cantidades necesarias para una crisis de esta escala.
El cruce de Rafah con Egipto no tiene ni de lejos la capacidad para manejar la cantidad de suministros necesarios, y otros cruces –en particular el cruce de Kerem Shalom– deben reabrirse tanto para la ayuda humanitaria como para los suministros comerciales.
Nota:
Durante los últimos dos meses, Islamic Relief y sus socios locales han proporcionado ayuda vital que incluye alimentos, medicinas, kits de higiene y apoyo psicosocial para los niños. Hemos entregado casi 900.000 platos preparados, paquetes de alimentos y vales de alimentos a más de 16.600 familias y verduras frescas a casi 60.000 familias.